miércoles, 3 de noviembre de 2010

DE LA “MAL PARIDA LEY” A LA “MORAL” CIUDADANA.





25 años de reinstalada la Democracia , mucha agua ha pasado por debajo del puente de la historia del Mundo y del Uruguay, cuántos cambios sociales y culturales, pensemos solamente en todo lo referente a la cibernética y el mundo de la comunicación virtual; sin embargo los uruguayos seguimos insólitamente anclados en un asunto que parece de fábula, la mal parida ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado.

Mucho protagonismo han cobrado por estos días, algunos personajes del mundillo político, porque resulta que se han puesto muy éticos y "mire si van a violar la voluntad del Soberano, expresada en consultas reiteradas". Ahora bien, ¿que pasa con las Convenciones Internacionales que el Estado Uruguayo firma y ratifica en materia de derechos humanos? La respuesta es sencilla, estas convenciones se respetan cuando son de interés de los poderosos. Para ese lado mejor no mirar, ni decir nada, total, el Pueblo ¿qué sabrá de Derecho Internacional?

El Uruguay, en 1986, parió un engendro jurídico y moral, vergüenza de la Democracia, la ley 15.848 llamada de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. Pero el Estado, no solo la parió, sino que la clase politica se ha lavado sistematicamente las manos, tirando a una Ciudadanía inepta para resolver temas de tipo jurídico, e incapaz de ponerse en los zapatos del otro. Porque es bien sabido que si algo deja una dictadura es un tejido social atrofiado, seres sociales incapaces de amar al prójimo. "Como no me pasó a mi, olvidemos".

¿No llama la atención del lector, que el Cuerpo Electoral Uruguayo, para algunos asuntos es muy resuelto? Uruguay salio mejor posicionado de la ola de privatizaciones neo liberales, en los años 90, que muchos países de Latinoamérica, gracias a la resolución de la Ciudadanía. Pero claro, este asunto afectaba a todos , no solo en lo idiosincrásico sino en el bolsillo.

Entonces señores legisladores y gobernantes en general, ¿cómo es posible que se den tantas vueltas para resolver un problema que a todas luces, 1) Viola el Derecho Internacional Público, entre otras cosas porque los DELITOS DE LESA HUMANIDAD NO CADUCAN JAMÁS. 2) Viola a la Constitución Uruguaya, no solo por lo que esta dispone a lo largo de la sección II, sino porque VIOLA LA SEPARACIÓN DE PODERES QUE DEBE TENER UN SISTEMA DEMOCRÁTICO.

Los legisladores en este país, son muy lentos, de lo contrario no se entiende como someten a consulta popular a una "ley" que es antijurídica y antiética por donde la miren. ¡Un ley que reconoce la existencia de delitos, pero que no hay que castigar!

Los Partidos Políticos son omisos, porque la Constitución les atribuye el rol de educadores de la Ciudadanía, y esto deja que desear; solo pensar como se llevó a cabo la campaña ultima para desterrar esta "ley". Que cada partido haya su autocrítica.

Y nosotros, los Ciudadanos, ¿Somos ignorantes o es esa la Moral que sustenta el Pueblo Uruguayo? La Ciudadanía , en parte no conoce de tecnicismos jurídicos, pero también puede ser una cuestión de moral. El Soberano ha dado muestras de individualismo y de falta de solidaridad con las víctimas directas. Y esto no se termina cuando mueran los viejos, porque la cultura se transforma sí a cada paso de generación, pero también se hereda. Hay que tener cuidado con los elementos simbólicos que dejamos de herencia a los que vienen.

El pobre gobierno uruguayo se encuentra en un callejón sin salida, a menos que el sistema político y jurídico (porque asesores jurídicos debe haber), reconozca los errores, las desinteligencias, realicen un "mea culpa" y cuestionen la validez de consultas populares con contenidos ilegales desde el punto de vista del Derecho Publico, en Interno e Internacional, en vez de defenderlos como si se tratara de una violación a la democracia.

Y por favor, no a otra consulta ilegal al Soberano. Porque parece que una de las brillantes ideas es derogar la Ley de Caducidad con los 2/3 de votos de la Asamblea General y en un plazo de un año, poner a consideración de la ciudadanía...

En fin, la cosa es más sencilla, de lo que parece, ahora de pronto hay razones (intereses) para complicarlo.